Se ha estado debatiendo en las últimas semanas el tema sobre la legalización del aborto, tema en el que estamos totalmente en desacuerdo. Nuestro Padre Celestial, creador del Cielo y la Tierra, hizo al hombre a su imagen y semejanza en el 6to. día de la Creación. Como nos dicta nuestra moral y nuestra conciencia, no podemos tomar acciones sobre las cosas que no nos pertenecen; por tanto la vida no es nuestra, es de Dios, y sólo El tiene el derecho y la potestad sobre ella. Esta práctica es rechazada sin excepción alguna. No importa la forma en que se haya aplicado la concepción, Dios tiene un plan para cada uno de nosotros y debemos acatarnos a ella. Existen innumerables testimonios de mujeres que han estado en peligro de muerte por un embarazo, al igual que la criatura en el vientre y le han aconsejado abortar por el bien de ambos. Sin embargo, las mujeres que se han aferrado a Cristo y han confiado en su Misericordia han vivido la experiencia de un parto sin complicaciones, manteniendo la vida de ambos.
Como un ejemplo rápido y bastante conocido para cualquier persona, hace muchos años una mujer mexicana estando embarazada, casi al final de su período, le diagnosticaron una enfermedad muy peligrosa, tanto para ella como para el bebé, y la solución inmediata que le dieron fue la de abortar, porque de lo contrario, su vida correría peligro. Esta mujer, con una fe cristiana muy arraigada, no aceptó esta oferta y gracias al Padre y su Misericordia, tuvo un parto normal sin complicaciones y el niño nació igualmente sano. Este niño nació en México el 21 de febrero de 1929, quien al pasar del tiempo fue un hombre que formó parte de nuestras vidas a lo largo de nuestra niñez y aún en nuestros días seguimos disfrutando de sus ocurrrencias y travesuras. Este niño, que nunca creció, ya que siempre ha tenido la edad de 8 años, lo conocemos como Chespirito (Roberto Gómez Bolaños).
En este día 25 de octubre del 2007 encendamos las luces de nuestros vehículos como símbolo de desacuerdo de esta práctica mortal y su posible legalización. Digamos sí a la vida. Confiemos en el amor del Padre y su Eterna Misericordia para con sus hijos.
Dios les bendiga.
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