Nuestra Madre Espiritual. Esa madre que nos dió Jesús en el último momento de su vida, al decirle a su discípulo amado Juan: "He ahí a tu madre", y a ella le dijo: "He ahí a tu hijo". En ese momento quedó formalizada que María es la madre de todos los hombres y mujeres en la tierra y que, al mismo tiempo, nosotros somos sus hijos. Como todo buen hijo, Jesús fue obediente y respetuoso con su madre María, a pesar de ser Dios encarnado. Podemos recordar como ejemplo, en las bodas de Caná, aún sin ser el tiempo previsto para Jesús empezar su vida pública, su Madre le pide que realizara un milagro para salvar la situación y El, como buen hijo, le obedeció. Ese es el ejemplo que debemos seguir, tanto hacia nuestros padres en la Tierra como a nuestro Padre en el Cielo. Con esto tenemos una enseñanza: nuestra Madre Espiritual es la gran intercesora ante el Padre para escuchar nuestras plegarias. Lo que la Vírgen le pida a su hijo Jesucristo por nosotros, El lo concede, como en las bodas de Caná. Por esto es que honramos a esta Santa que concibió en su puro y bendito vientre a nuestro Salvador y Señor. Este mes de octubre es dedicado a María a través del Santo Rosario.
Incluyamos en nuestras oraciones a nuestra Madre María para que interceda por nosotros ante su hijo Jesucristo.
Para conocer con más detalles sobre el Santo Rosario, sus misterios y la forma de rezarlo, puedes dar un click a la frase de abajo.
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