martes, 8 de abril de 2008

Rescatando la Familia: Salvador Gómez (2)


Actitud frente a la vida
La siguiente reflexión de Salvador Gómez fue una de las que más me impresionó y me doy cuenta que mientras más leemos la Biblia, más maravillas aprendemos. De esta lectura, muy conocida por todos, se desprende una gran enseñanza:
Jn 2, 1-8: "Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: No tienen vino. Jesús le responde: ¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora. Dice su madre a los sirvientes: Haced lo que él os diga. Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. Les dice Jesús: Llenad las tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala. Ellos lo llevaron.
Ahora bien, ubiquémonos en nuestra vida diaria, ¿qué solemos hacer en estos casos? Como dijo Salvador Gómez, María pudo ir donde el dueño de la boda y reclamarle: "-Oye, ¿por qué no compraste suficiente vino para todo el mundo? Qué tacaño eres, por no gastar mucho ahora pasas la vergüenza!! Me voy de esta fiesta!!" O probablemente va donde la gente y les dice: "-Jartones!!! Se acabaron todo el vino, no son más que un grupo de borrachones!! Se aprovechan que son invitados para beberse todo el vino y no dejarle a más nadie!!" También pudo ir donde la persona que sirve el vino y decirle: "-Mi hijo, no llenes tanto las copas, mira que el vino se acabó y la fiesta apenas comienza; ¿nadie te enseñó la cantidad que debes servir? y ahora, ¿que vamos a hacer?"
María no tomó ninguna de estas actitudes, sino que fue donde su Hijo, Jesús, y le dijo: No tienen vino. Me imagino la cara de ternura de madre que puso frente a su hijo luego de El decirle: Mujer, todavía no ha llegado mi hora. Simplemente llamó a los criados y les ordenó: Hagan lo que El les dice.
Ahora bien, ¿qué actitud tomamos nosotros frente a situaciones similares?. Generalmente nos centramos en buscar culpables en vez de buscar soluciones. En esta decisión de María, nadie resultó herido emocionalmente, sino que de una manera sabia, se solucionó la situación.
El mensaje es: ante situaciones de conflictos, pidamos ayuda a nuestro Señor Jesucristo y encontraremos la solución a los problemas de una manera fácil y sin lastimar a nadie. Reclamando no se resuelve nada y peor aún, herimos los sentimientos de un hermano. Que este mensaje llegue a cada uno de nosotros y lo pongamos en práctica.
Dios los bendiga.

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