viernes, 11 de abril de 2008

Rescatando la Familia: Salvador Gómez (3)

La Promesa de Dios a Abraham

Después de estos acontecimientos, la palabra del Señor llegó a Abraham en una visión, en estos términos:"No temas, . Yo soy para ti un escudo. Tu recompensa será muy grande". "Señor, respondió Abrám, ¿para qué me darás algo, si yo sigo sin tener hijos, y el heredero de mi casa será Eliezer de Damasco?". Después añadió: "Tú no me has dado un descendiente, y un servidor de mi casa será mi heredero". Entonces el Señor le dirigió esta palabra: "No, ese no será tu heredero; tu heredero será alguien que nacerá de ti". Luego lo llevó afuera y continuó diciéndole: "Mira hacia el cielo y, si puedes, cuenta las estrellas". Y añadió: "Así será tu descendencia". Abraham creyó en el Señor, y el Señor se lo tuvo en cuenta para su justificación.


Esta es una lección que debemos tomar en cuenta todos, ya que en ocasiones (o siempre) nos enfocamos sólo en algo que nos falta y no observamos todas las cosas que tenemos. En este caso, Abrahám le reclama a Dios lo único que el falta, un hijo, y Dios le dice que salga y observe todas las estrellas del Cielo y las cuente (si puede) y así será su descendencia.


Nosotros también debemos aprender a observar estrellas, tenemos muchas cosas que el Señor nos da; sin embargo, nos aferramos a lo que queremos y no tenemos. Con nuestros hermanos pasa lo mismo: tendemos a ver la parte negativa de todo o de todos, sin observar las virtudes que tiene cada quien. Hay personas que, independientemente de las acciones de los demás, sólo ven la parte negativa de ellas y esto puede ocasionar dos cosas: 1) que esa persona negativa viva su vida amargada y 2) que las demás personas no deseen hacer nada, porque de todas formas va a estar mal para el otro. Como ven, ambos resultados no son satisfactorios. Salgamos de nuestro encierro y aprendamos a contar estrellas, ya que cada quien tiene su propio universo. Así como la persona negativa ve lo malo de cada cosa, así mismo todas las cosas tienen su lado positivo. Veamos ese lado positivo de las cosas y con esto, todos seremos felices. Hay algo que debemos tener en cuenta, ningún hombre es perfecto, el único perfecto es Dios; por ende, el hombre comete errores. Seamos como la Vírgen María, en las bodas de Caná. Ella no se fijó en el problema que aconteció, sino en la búsqueda de la solución.


Como resumen, quitémonos los ojos de hombre imperfecto y empecemos a observar las cosas a través de los ojos de Jesús. Miremos nuestras propias estrellas y comencemos a contarlas y ayudemos al hermano a ver y contar sus propias estrellas. Como ejercicio, escribamos en una hoja de papel dos columnas con un lado positivo y otro negativo. Si somos sinceros, las cosas positivas son más que las negativas. Si las negativas son más, evaluemos la calidad de cada una y siempre el lado positivo ganará. Como dijo Jesús: "El que tenga oídos para oir, que oiga".


"Muchos hijos tiene el padre Abrahám,
el padre Abrahám tiene muchos hijos,
yo soy uno, tu también,
alabemos todos al Señor:
Mano derecha, mano izquierda,
pie derecho, pie izquierdo,
cabeza en alto, dando vueltas,
sentados".


Dios los bendiga.

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